de la más baja soledad del
verbo
quieto
sin más que agradecer
a la lejana
estrella
a la lejana
estrella
que su temblor
su lengua sin aristas
y hasta al azar del ojo
ciego
la tenue exactitud
la indeclinable llama
pasa
y pulsa las cuerdas
pasa y se queda
desatando
su lengua sin aristas
y hasta al azar del ojo
ciego
la tenue exactitud
la indeclinable llama
pasa
y pulsa las cuerdas
pasa y se queda
desatando
debajo de la noche
de la cual tú provienes
como el aire y el agua.
Tú que hacia el día ibas
desde la oscuridad
del verbo solo
tú que viste cubierta
tu lámpara nocturna
de la cual tú provienes
como el aire y el agua.
Tú que hacia el día ibas
desde la oscuridad
del verbo solo
tú que viste cubierta
tu lámpara nocturna
con las ajenas aguas del desprecio
y declinaste tu voz bajo las piedras
como quien hila la promesa
con labios secos y tierra prometida
y declinaste tu voz bajo las piedras
como quien hila la promesa
con labios secos y tierra prometida
tú, el más cercano en el
temblor
de la que pasa
y desata en penumbra las
cuerdas
de los fondos
no preguntes
hay sólo una palabra
que gira eternamenteen torno de su boca
hay sólo una palabra
que gira eternamenteen torno de su boca
es su heredad
lo que el poema alumbra
lo que calla.
lo que el poema alumbra
lo que calla.
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