Excursiones al campo / 1


En la colonia el viento comparece.
Filtra el aliento de súplicas comunes
la roja simetría de la puerta metálica.

El blanco rebautiza
con brevedad contigua
y destreza observante del detalle
cada perfil novicio dado a nacer
de nuevo.

En este apartamiento
algo se precipita.

La historia en el susurro de entretiempos
muestra vértices romos.

Vigía y confinado pueden morir de asfixia
con notable igualdad
también el niño —que visita a su padre—
cuyo patio de juegos
termina donde se alza el filo del perímetro.

Adentro es también mundo ajusticiado
cuchillos para el pan y para el duelo
y una legión de penas que no traspasa el muro.

Adentro es sombra anónima.

Afuera purísimos pastores alientan los espasmos
de nobles ciudadanos con prontuarios sin mácula.

Preparan una guerra
dudosamente santa.

El asco tiene rostro.


2 comentarios:

Susana Marques dijo...

Belíssimo poema! Uma observação constante e atenta do exterior, com uma descrição tão equilibrada e ajustada ao peso das metáforas que suportam a emocionalidade da mensagem.

Patricia L. Boero dijo...

Susana, hace tiempo que disfruto de tus comentarios y opiniones: puntuales, hilados, armoniosos. Gracias por acercarte a este espacio.